En el borde del bosque de Laurisilva que pervive en los altos de Tegueste, Tenerife, se encuentra un lugar llamado “El Rincón de la Tranquilidad”.

Aquí comenzaron hace cuatro décadas actividades y encuentros que fueron surgiendo con la comprensión de que un mundo armónico y pacífico es posible; el convencimiento de lo inviable de una forma de vivir que no evoluciona, sino que simplemente se desarrolla ratificado por la evidente incapacidad del planeta para absorber la actividad de grandes sectores de la humanidad, también nos mueve.

En este lugar existe desde los comienzos un espacio dedicado al zen; en los primeros años de los ochenta se creó un dojo que, años más tarde, el Maestro Dokushô Villalba bautizó como “Dojo de la Perfecta Tranquilidad”. Actualmente es posible que sea el dojo abierto a la práctica más antiguo de España que, ahora con www.rinconzen.org, comparte su actividad más allá de la Isla.

Seguimos recordando con agradecimiento la presencia en nuestra sede de aquellos con quienes comenzó nuestra actividad relacionada con el Buddhismo: Lama Drubgyu, primer Lama que impartió enseñanzas en Canarias; Javier Martínez, Maestro de Té de la escuela Urasenke, quien realizó en estas tierras la primera introducción a esta Vía tan cercana al zen; o con el Lama Djinpa, quien nos visitó en muchas ocasiones y aceptó nuestro lugar como residencia durante sus estancias, también porque aceptó la invitación para que además realizara retiros en la Isla de Gran Canaria.

Con Dokushô Villalba, el Maestro con quien comienza la práctica del zen en el Archipiélago, hemos tenido durante años una estrecha relación; en los primeros tiempos en los que impartió enseñanzas y realizó retiros en Tenerife, residía en este lugar; también, aquí, durante largo tiempo, estuvo la sede de la Asociación Soto Zen que él creara en las Islas. Desde aquí se organizó su primera intervención pública en Gran Canaria, donde contamos con la generosa aportación del Club Prensa Canaria que cedió sus instalaciones para el acto de presentación del zen como Vía.

El dojo sigue, desde sus comienzos, al cuidado de Alejandro Togores.